30 minutos es mi record personal. Tras una larga preparación psicológica, y una prueba realmente desafiante, he llegado a la conclusión de que esto es lo más que puedo dar de mí mismo. Damas y caballeros: Puedo tolerar hasta 30 minutos de conversación sobre reformas en el hogar. Superada la media hora, mi paciencia se transforma en ansiedad, y entonces, la probabilidad de que mi fuga de neuronas sea casi total tiende a ser 1.
Tengo dos motivos para odiar este tema:
1- En estas conversaciones, la persona que lo explica tiene en su cabeza el plano de todo, pero tú tienes que reconstruirlo mentalmente de manera fiel para poder intentar seguir la descripción. Eso sí, no puedes tirarte mucho tiempo haciéndote a la idea, ni frenar el avance de la conversación. Os daréis cuenta cuando mis únicas respuestas sean: “Sí”, “Vale”, “Claro” y “Ostia, que bien pensao”.
2- (y no por ello menos importante) Este tipo de temas me parecen jodidamente aburridos.
Así que desde aquí maldigo los putos programas que se han puesto de moda en la tele en los que la gente enseña sus casas en plan “le he puesto unas cortinas rosas al recibidor y el cuarto de baño ha ganado espacio”. Que se os meta bien en la sesera a toda la gente implicada en programas como “¿Quién vive ahí?”, “Esta casa era una ruina”, “Callejeros especial casas”, “Hotel dulce hotel” o toda la puta programación de “Hogar útil”, el canal temático del Digital Plus: IROS TODOS AL INFIERNO… sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar 20000 pesetas. Y quiero hacer extensible este mensaje de odio a todos esos programas sobre zorras que no han pegado un palo al agua en su repugnante y miserable vida de Gucci.
Vuelvo a ponerme al teclado para mostrar mi indignación con las modas. No me malinterpretéis algunas modas están bien, aunque la mayoría de ellas son una mierda como el reguetton o sencillamente son un refrito de algo que sucedió hace muuuuucho muuuuucho tiempo... como los pantalones pitillo. Pero mi queja no es por el hecho de que existan las modas, al menos hoy no. Ya es un problema cuando las modas implican una incomodidad por parte del individuo, pero a eso le podemos añadir algo peor y es que estas sean excluyentes. Me explico.
Veréis, a lo largo de los tiempos la sociedad, guiada por los snobs, han ido escogiendo lo que uno debe llevar si no quiere ser señalado por las calles y en casos muy extremos, apedreado. Por ejemplo, las gafas grandes, que se le atribuyen a los empollones o a los más viejunos han ido desapareciendo de las caras de la gente. Básicamente no puedes llevarlas por la vida con un mínimo de dignidad a no ser que seas Òscar Dalmau.
La pregunta de cualquier gilipollas sería ¿Y para qué quiere alguien ponerse esas gafas? Tras una bofetada y pellizcarles los testículos/pezones con unas pinzas conectadas a una batería de coche, hay que hacerle entender lo obvio: En la mayoría de casos, las gafas están para ver mejor. ¿Qué puta gracia tiene llevar unas gafas que solo te permiten ver 1/3 de tu campo visual? ¿Quién fue el genio que decidió que una persona con 5 dioptrías de miopía sería más feliz así? No lo sé, pero si le encontráis, aplicadle el mismo castigo que a la gente que hace preguntas gilipollas… solo que con más intensidad.
Ya hemos perdido casi toda nuestra visión periférica y se supone que hay que dar las gracias ya que el mundo es un lugar mejor, o al menos lo es para la gente que no lleva gafas, porque se la suda. Pero en este caso, hay alternativas. Uno puede operarse los ojos, llevar lentillas y a malas, comprarse unas gafas grandes, que hay multitud de ellas con diferentes modelos. Hablamos pues de una moda que perjudica a quien las lleva, pero no es excluyente.
Ahora bien, el caso cambia en el caso de las chanclas playeras. Ahora solo hay tres tipos de modelo: Las de tiras de velcro que te pillan el pie y el tobillo que tienen su pase, pero claro, hay que fijar el velcro y es un poco coñazo. Por otro lado tenemos las romanas… que son feas hasta decir basta. Se nota que los guiris las han acabado trayendo. No se puede esperar nada de gente que se quema al sol pero sus pies están bien blanquitos porque van con sus chanclas y sus calcetines. Para acabar, están las chanclas con esa tira que pasa entre el dedo gordo y el segundo dedo, que representan el 95% del total. Estas son mi archi-enemigo las próximas semanas. Resulta que al final lo que se ha impuesto son unas chanclas cuyo peso recae en un solo punto que no está pensado para ello, que si te pisan por detrás o tropiezas, además de la ostia, te destroza el “entre-dedo”, que si están mojadas y/o tienen arena pesan más y tienes que hacer fuerza con los otros dedos de una manera anti-natural para que no se te salga, que el pie baila más porque tiene menos agarre y es más fácil pisar malamente. Pero ¡EH! si la gente de Quicksilver, Billabong y demás mierdas pijipis surfistas dicen que es lo que hay, pues nada, ajo, agua y resina.
¿Qué ha pasado con las chanclas clásicas? ¿Ya no pueden seguir repartiendo amor? ¿Se fueron a la fiesta del calzado, se emborracharon, vomitaron en el jarroncito de las cenizas de la abuela y ahora ya nadie las quiere?
“Deja de quejarte, todavía hay chanclas tradicionales en las zapaterías, tienes alternativas”, dirá la típica persona que normalmente hace preguntas gilipollas. Cierto, siguen existiendo pero el número es tan reducido (10 modelos en todo el centro de Barcelona) y los modelos son tan repugnantemente feos que si realmente estuviera tan desesperado por tirar el dinero, lo tiraría directamente por la alcantarilla.
Amigas y amigos, si seguimos así, y premiamos lo estético por encima de lo práctico, estamos condenados a la pérdida de nuestra supremacía en la Tierra, y seremos esclavizados por ornitorrincos. Ahí queda eso.
PD: Hoy he mencionado al gran Òscar Dalmau, un tipo que junto al resto de gente de “La Competència” me ofrecieron una de las experiencias radiofónica más maravillosas de mi vida. Fue el viernes pasado en el Teatre Coliseum. Una hora de radio a la antigua usanza, todos de pie, con smoking y una mini orquesta. De eso, ya hablaremos otro día.
Yo, al igual que toda la gente que tiene una hermana, tengo una hermana. Y como es habitual, las disputas sobre quien tiene más razón que el otro son una constante en las discusiones con estos repugnantes seres. Hoy aprovecho para hacer algo que no debería: Reconocer que mi hermana tiene razón.
Evidentemente no tiene la razón absoluta, eso nos llevaría al Apocalipsis de cabeza. Pero durante un tiempo tuvimos una discusión como es lógico sin llegar a las manos, porque en casa las ideas se defienden con duelos de revólveres al amanecer. Yo (y el resto de mi familia) defendíamos que la intención es muy importante y que a veces acertar un regalo, o elegir el lugar de la cena de cumpleaños, por poner ejemplos prácticos, es complicado, pero el hecho de hacerlo con todo el cariño del mundo, es suficiente para salvarte de los dos guantazos que probablemente te mereces al poner “Te voy a comer to el buyuyu” como tema de fondo en una cena romántica. Sentirme arropado en mi postura por mi familia me nubló el juicio. No soy perfecto, pero estoy ahí ahí, y he descubierto que estaba en un error y lo voy a reconocer: LA INTENCIÓN NO ES SUFICIENTE.
¿QUÉ COÑO ES ESO DE “QUETEDENLOSRETROVIRALESDELESTADOGRATIS PARALAGENTEQUEESTACONSIDA LALALALA”? ¿QUÉ MIERDAS ES ESO DE “WATERMARK WILL BE REMOVED AFTER REGISTRATION!”? Hay que ser rancio para no tener ni el editor de video registrado.
Quiero creer que la canción está hecha desde el respeto y el cariño, porque si no, sería la broma con peor gusto de la historia. Pero por más que lo intento, no puedo convencerme a mí mismo de ello. La letra es espantosa y contradictoria, la rima brilla por su ausencia, la tía es incapaz de seguir el ritmo de su propio tema y es incapaz de hacer las pausas para respirar. Es como si hubiera una bomba en el edificio de grabación preparada para explotar en 5 minutos y la mujer dijera “bueno, nos da para grabar una toma rapidita. Ya verás, tengo una parte freestyle sobre una infidelidad en la relación de los personajes”. Lo más probable es que ignorara que el objetivo de esa bomba fuera evitar que tal monstruosidad saliera a la luz.
Resumiendo, que si alguien os viene con la cantinela de que las intenciones cuentan, tened en mente este video.
Y recordad: La violencia sólo genera violencia, pero depende de vuestras manos y vuestras mentes que esta esté justificada por su espectacularidad… como ha demostrado Vinnie Jones.
Hace 10 años no estaba en Barcelona, estaba en Valencia. Tenía por aquel entonces 15 años. Era un poco más bajo, tenía más pelo y era rubio por decoloración, fue una de esas cosas que haces cuando eres joven y que 5 bienios después hacen que te lleves las manos a la cabeza a la vez que te preguntas “¿En qué estaría yo pensando cuando lo hice?”. Como iba diciendo, hace 10 años estaba en Valencia con motivo de la Final de Copa del Rey. Fue la final que tenía que redimirnos en parte de la UEFA de Leverkusen la que tenía que traer un título en blanquiazul después de 60 años… la primera final de mi vida.
Recuerdo el viaje de ida en el tren que había preparado la Penya Espanyolista del Perico Ferroviari. Recuerdo los nervios y la alegría contenida de la gente que tenía la convicción de que aquella sería nuestra gran tarde.
Recuerdo la llegada a la estación de Valencia, el ambiente, las banderas, las bufandas, las caras pintadas y los cánticos.
Recuerdo a Draculín, su voz carajillera y el decrépito peluche que cargaba a hombros.
Recuerdo como tomamos las calles de Valencia, los ánimos de los valencianos y los cruces con los seguidores colchoneros, que se tomaban a cachondeo el descenso a segunda que habían tenido que sufrir días antes.
Recuerdo mirar hacia abajo en las gradas de Mestalla y marearme de tan empinado que es… y la soporífera previa del partido tan solo animada por Sergi Mas y las Cheerleaders de los Dragons.
Y empezó el partido… y a los dos minutos pasó esto:
Recuerdo las caras de desconcierto, los “¿Qué ha pasado?”, los “¿Ha dado el gol?” y finalmente la alegría desbordada pasados 15 segundos tras la jugada de pillo de Tamudo.
Allí empezó la fiesta. Pero todos esperábamos algo más. Esperábamos que un tal Sergio González también marcase. La convicción de los pericos era que todas las ocasiones que había fallado en Liga quedarían compensadas el 27/5/2000 en Mestalla. En las apuestas blanquiazules los goleadores tenían que ser Tamudo por su habilidad goleadora, y Sergio por su perseverancia. El propio Sergio bromeaba sobre ello días antes del encuentro.
Todo estaba escrito de antemano, el Atlético estaba en segunda y nosotros celebrábamos el Centenario del Club y nos plantamos en la final tras dejar en la cuneta al Real Madrid, gracias a un gol de Posse y una pifia de Bajlic en el último minuto. Y como en las grandes obras de teatro, se hizo esperar para dar emoción. En el minuto 85 se cumplió el guión:
Y llegó la tranquilidad.
Jimmy Floyd Hasselbaink marcaría el 2-1 en el 90’, para asustarnos durante 3 minutos, porque sabíamos que tendríamos que sufrir aunque sólo fuera un poco. Pero ya estaba hecho. Fin del partido… final feliz.
Recuerdos, recuerdos y más recuerdos…
Recuerdo el final y la alegría desbordada, los jugadores corriendo de un lado al otro. Cavallero subiéndose a la red de la portería como si de una hamaca se tratase tal y como dijo que haría, a Sergio con la bufanda en la cabeza, mientras la mitad blanquiazul de Mestalla (yo incluido) bailaba la infame “Bomba” de King África. Recuerdo a Lautaro, el hijo del central Rotchen dentro de la Copa.
Recuerdo el abrazo con mi padre y las lágrimas que compartimos, totalmente ajeno a lo que nos depararía el futuro. En aquel momento, el futuro no existía.
Recuerdo a mi hermana aun más contenta que el día que le marcó un gol con el culo al Barça.
Recuerdo ahora, como recordé entonces a mi abuelo, que me condenó de por vida a ser perico, condena que he cumplido de buen grado durante mis 26 años como socio. Si hacéis cuentas os percatareis de que tengo más años de socio que de existencia. No hay mejor manera de definir a mi abuelo.
Recuerdo a la gente del FBI y la conga del Perico en el viaje de vuelta, los “jiji”, “jaja”, los “pero yo no he visto el gol de Tamudo”, los “es que estaba cantado que Sergio iba a marcar, si ya te lo dije yo” y el mítico “Voy a mear” respondido con un elocuente “recuerda que si te la sacudes más de tres veces es una paja”.
Hoy vuelvo a mirar hacia atrás, 10 años más viejo, más alto, más calvo, con el bachillerato terminado, con las neuronas un poco mejor amuebladas, habiendo conocido a algunas de las personas a las que más aprecio, con un poco más de rodaje en ciertos aspectos.
Pero recuerdo aquella sensación: Piel de gallina, escalofríos, extraños tirones musculares que me obligan a dibujar una sonrisa y lágrimas. Es la misma sensación, manchada de nostalgia. La nostalgia de recordar que no estamos todos, aunque por otro lado, la familia ha crecido.
Algunos de los que me leéis no tenéis ni repajolera idea de lo que estoy hablando. Es normal. Pero a los que sí me entendéis, os dejo una frase incompleta que tiene tanta validez hoy, como la gloriosa noche del 27 de mayo del 2000, cuando fue escrita:
“Gracias por ser como sois…”
Pero la sensación que caló en mis huesos hace 10 años fue que durante unas horas, fuimos campeones,… fuimos inmortales. Aquella noche por fin volamos.
Muchos sois conscientes de mi pasión por la teletienda. Es sencillamente genial. Es un tipo de publicidad hecha por gilipollas para gente aun más gilipollas.
Hace tiempo comenté el anuncio del Instant Fisherman, o el colchón QUETEHINCHES (alias Restform), pero hay más, muchos más. Podría hablar del extracto de baba de caracol, de las saunas que parecen plantas carnívoras prehistóricas, de los 184736492 bancos de abdominales, de los vibromasajes que no solo reducen la grasa, además hacen que se te marque la tableta de chocolate (en el caso de ellos) y aumenta el tetamen (only for her). Tampoco hablaré del Jes Extender aunque ciertamente puede llenar muchas líneas de hilaridad con su viejo verde-oscuro-casi-negro y la rubia neumática recauchutada.
A ella le gustan grandes ¬¬
Hoy voy a hablaros del EPIC FAIL más grande de la teletienda, que se llama:
B-TALL
Primero veamos el anuncio en sí, en versión reducida.
Lo cierto es que no sé ni por dónde empezar… es que no hay manera de pillarlo por ningún lado. Vamos a ver, el invento es que tú te pones esas láminas de silicona dentro del zapato y creces 5 cm de estatura.
Alguien debería explicarles que tus zapatos no están preparados para meterles una megaplantilla de cinco centímetros. Lo sé porque de pequeño tuve que llevar plantillas para corregir la orientación de los pies ya que iba como un pingüino. Bien, pues esas plantillas no eran más gruesas que un centímetro y ya requerían un zapato especial con algo más de espacio porque si no o pillabas un número más grande y te sobraba o el zapato te apretaba cosa fina. A todo esto hay que añadir el hecho de que hay que ser… perdón, no puedo decirlo sin gritar: HAY QUE ESTAR TARADO PARA PONERTE UNA PLANTILLA CASI TAN GRANDE COMO LA ALTURA DE TU ZAPATO. Sólo a un ciego o a alguien muy idiota se le pasaría por alto que tu talón está literalmente fuera del zapato.
Pero alguien pensará “bueno, quizás para zapatillas y mocasines, no, pero para botas y botines”. Si has pensado eso, probablemente sea mejor que ahogues tus pocas neuronas restantes esnifando pegamento. Si decides hacerlo, te pueden pasar 3 cosas: -A) La presión entre el zapato y la plantilla hará que tu pie pierda sensibilidad hasta quedarse totalmente gangrenado. En 10 minutos la única solución será la amputación. -B) Al no estar fijado tu talón a la sujeción del zapato se te torcerá el tobillo y con un poco de suerte se te partirá. -C) A + B = diversión al cuadrado.
Ya hemos hablado de B-tall como concepto, pero revisemos otra vez el video: -0:12 Lol, ese tío ha crecido 5 cm más impuestos indirectos, IVA e intereses. -0:24 LOOOOOOOOL B-Tall no sólo te hace más alto, también hace que el resto de la gente sea más baja. -0:37 Aquí el croquis. -0:47 One more time, el chinorris sube y la chinita baja.
En fin, que si no os lo creeis siempre podeis poneros un par de calcetines enrrollados dentro del zapato para probar la experiencia y luego ir a explicar vuestras conclusiones al Diario de Patricia, PANDA DE FRIKIS.
PD: Soy consciente de la ironía de escribir este post y acabar llamando frikis a los demás. Ahorraos el comentario.
¿Recordáis vuestra tierna infancia? Jugábamos a las canicas en el recreo... el Colacao era con grumos... alucinábamos con las consolas de 16 bits y la Gameboy monocromática... buscábamos en diccionarios los significados de "pedo", "culo" y los más osados, "puta"... intentábamos levantarle el uniforme a las niñas... y teníamos anuncios de Lacasitos...
Ahora tenemos a un Ni-ni de mierda tirando por tierra uno de nuestros estandartes infantiles con una cogorza épica y hasta el culo de Dios sabe que substancias.
¿En qué momento de la historia nos desviamos? ¿Qué hemos hecho mal? Mi opinión como ex-sociólogo es que es culpa de la ruta del bacalao, internet y de la bajada de calidad de los Bollycaos.
Es todo de momento. Y recordad: Jesus os ama, yo solo os tolero.
Hoy es uno de esos días raros que pasaran a la historia de nuestras vidas y que recordaremos en el futuro con la pregunta: ¿Que hacías tú el día del apagón analógico?
En mi caso estaba en RAC-1 viendo en directo como se hacía el programa La Competencia, con el lujo de verlo desde la pecera del técnico de sonido, Víctor Ollé. Sólo puedo decir que el programa es la caña y Víctor Ollé es el puto amo.
Eso sí, al llegar a casa he encendido la tele y esto es lo que había en todas las cadenas: ¿He dicho en todas? ¡¡¡HELL NO!!! Así es hamyjos, TeleTaxi Televisió se mantiene activa, demostrando una teoría mía según la cual los únicos supervivientes a un holocausto nucelar (sí, sí, pronuncia “nuclear” pero se escribe “nucelar”), y a una desconexión analógica son las cucarachas, Justo Molinero y cualquier cosa y/o persona que él haya tocado.
Respecto al fin del mundo y demas cosas irrelevantes, algunos pensareis que la pregunta de hoy es “¿Qué hacías cuando encendieron el Colisionador de Hadrones?” pero es absurda. El día importante va a ser cuando el LHC destruya la Tierra, pero en ese caso la pregunta será irrelevante por razones obvias. A no ser que del agujero negro aparezca un tipo con gafas y perilla vestido con una bata de Black Mesa y armado con una pata de cabra. En fin: La tele analógica ha muerto... LARGA VIDA A LOS PÍXELES
Ya os he hablado en un post anterior sobre las coincidencias cósmicas... pues hoy un poco más de lo mismo.
Resulta que anteayer se colgó en el bazar Xbawx la demo de Splinter Cell: Conviction. Llego a casa después de clase, pongo a descargar la demo, hablo con el Víctor y el Aitor, me pongo a estudiar, hasta que se acerca la hora de cenar.
Decidí entonces probar la demo. Veredicto: Awesome. Más dinámico, más intenso, más preciso, muy táctico, y muy divertido. Estas son algunas de las frases que suelta Sam Fisher cuando tira a un enemigo desde cierta altura:
-Cuidado.
-Escribe cuando llegues. -Joder con la gravedad.
Pero no es eso lo que me trae aquí. El momento friki de la noche fue el siguiente: jugando al SC: C, hay un momento en el que los esbirros mencionan algo sobre una bomba de pulsos electromagnéticos, que va a dejar a la ciudad “en la edad media”. Pues bien, 5 minutos después las luces de toooooooda mi escalera se fueron.
Muchas gracias señores de Fecsa-Endesa, pero cuando hablo de inmersión en un videojuego me refiero a inmersión ESTRÍCTAMENTE EN EL VIDEOJUEGO. Una cosa es que decida jugar al Project Zero a oscuras en mi habitación y cagarme encima cuando me salen los espíritos. Esa es MI decisión, es como YO quiero jugar. Si ustedes consideran que inmersión es fundirme la luz cuando se hace referencia a los PEM es que son ustedes más retardos de lo que yo pensaba, y no han tenido suficiente con el pollo que se ha montado en Catalunya con las nevadas de la semana pasada, que aun están explorando otras vías de joder al consumidor.
Pues nada, a cenar con velitas, como en la Edad Media.
No quiero oír (o leer) estupideces del tipo “es una señal divina para que dejes de jugar y sigas estudiando”. Si existiera un Dios cuya voluntad fuera esa, en vez de apagarme la luz, me habría encendido 3… en la consola… de color rojo.
En fin, que una hora y media más tarde la luz vino… tal como se fue, vino. Pero esta experiencia me hizo valorar las cosas importantes de la vida.
Señores jefazos de Endesa: SON TODOS UNOS HIJOS DE PUTA.
PD: Hablando de videojuegos, he colgado en la web de Vadejocs, un par de análisis de aquellos que han marcado mi vida. Os los iré enlazando y tal para rellenar el blog cuando no tenga nada que contar.
Que maravillosa es Avatar. En serio, esa estética, ese colorido, esos efectazos especiales… luego tenemos las actuaciones, el guión, pero si hay que valorar a Avatar por encima de todo, el argumento. Que original, que deleite, que riqueza mental aporta. Un aire fresco al cine mainstream clásico de Hollywood que tanto daña nuestras mentes. ¡¡¿¿Como puede ser que no esté nominada al mejor guión??!! Si no la habéis visto aun, no se a que esperáis, pagad 10 eurazos para poder verla en 3-D y al salir pagad 30 euros más porque si no pagáis más por esa joya, es como si estuvierais robando. Y robar está muy feo.
Para quien le pueda interesar, el argumento es el siguiente:
SPOILER WARNING: THE FOLLOWING TEXT MAY CONTAIN RELEVANT PLOT INFORMATION ABOUT THE MOVIE: “DUNE” “AVATAR”… and it may contain nuts
Abreviando, que si no has visto la peli y vas a verla, deja de leer.
El joven Paul Atreides Jake Silly Sully, es enviado al planeta Arrakis Pandora, un planeta de dos colores: marrón verde y azul
Su objetivo será extraer la substancia el mineral más preciado de la galaxia, la especie melange el utabón ubtonio. En Arrakis Pandora existen unos nativos con los ojos azules llamados Fremen Na’vi, y Paul Jack es animado por los que le rodean a conocer y confraternizar con dichos nativos ya que puede ser beneficioso para la causa. Paul Jack se junta con los nativos que en un principio recelan de su presencia por su procedencia, pero una profecía señal divina les indica que deben confiar en él. Así pues, conoce a Chani Neytri, una Fremen Na’vi de la que se enamora. Chani Neytri le enseñará a nuestro protagonista su cultura sus métodos de combate y a adiestrar gusanos de arena dragones que le servirán para transportarse y para atacar al enemigo. A todo esto, deberá medirse al macho alfa de los nativos, Stilgar Tsu’Tey, y a realizar un ritual casi suicida que se basa en beber el agua de la vida domar a Toruk para convertirse en el Kwisath HaderakToruk Matko y ganarse el respeto de los Fremen Na’vi. Además realizará un vínculo espiritual con Shai-Hulud el Árbol de las Almas para que le apoye en su batalla.
En un momento a lo largo de esta historia, Paul Jack es traicionado por los malvados Harkonnen militares, que sienten un total desprecio por los nativos y con sus armas de fuego los hacen retirarse de sus enclaves, ya que aunque los Fremen Na’vi son más fuertes y nobles, solo disponen armamento primitivo.
Finalmente Paul Jack, después de demostrar que es el tío más guay de Arrakis Pandora, convirtiéndose en un Fremen Na’vi a todos los efectos (incluso susojos cuerpo se vuelven azules), organiza un ataque a gran escala en el que los nativos y los seres vivos del planeta se unen para derrotar a los Harkonnen marines incluyendo a su líder Vladimir Harkonnen Parker Selfridge y a los aristócratas seguidores del Emperador interesados en las riquezas del planeta accionistas. En el combate final, Paul Jack se carga a su alter ego Feyd RauthaHarkonnen (interpretado por Sting) el Coronel Miles Quaritch en un enfrentamiento directo.
Al final ganan los nativos y los perdedores son expulsados del planeta.
FIN de la puta película…aunque vendrán dos más.
Así pues, las únicas diferencias entre Dune y Avatar es que en Dune SÍ explican la importancia de la especie pese a tener una hora menos de duración, y que en Dune no estan cada 5 minutos diciendo "Te veo".
¿Os ha gustado la historia? Pues ahora con Pocahontas. Lo bueno es que alguien ya lo ha hecho por mí.