domingo, 31 de enero de 2010

Oportunidades favorables

Entiendo que los periódicos recurran a los cupones de regalo de mierdas varias para vender más los fines de semana, pero personalmente creo que les hacen un flaco favor a los quiosqueros.

Pongamos como ejemplo práctico El Periódico de Catalunya que estos días "ofrece" (eso significa comprar el diario todos los días y pagar 1 € extra los domingos) un juego de cuchillos promocionado por Carles Gaig. En realidad "ofrece" significa comprar el diario todos los días y pagar 1 € extra los domingos.

Ahora supongamos que el domingo compras el periódico, el cuchillo de promoción, y acto seguido lo sacas del cartón en el que va envuelto y apuntando a la persona que te ha atendido dices: "vale, ahora me vacías la caja". Crimen ferpecto hamigos, compras el arma del crimen y recuperas la inversión con beneficios en escasos 3 minutos.

No os penséis que es algo que se me ha pasado por la cabeza así de buenas a primeras. Se me ocurrió tiempo ha, cuando vi el documental-show "Bowling for Columbine", en la mítica escena en la que Michael Moore va al banco a abrir una cuenta en la que le regalan un arma.



¿Os imagináis que Michael se gira al tío que le atiende al final y le dice "Si tienes una de estas, ya sabes lo que puede hacer, pues hala, tráeme billetes"?
Impagable.

sábado, 9 de enero de 2010

El espíritu navideño

Bueno, ya se ha acabado otro año. Postales, mails de “enviar a todos”, SMS, llamaditas a móvil, cena, discoteca/bar, beber, reír, bailar, hacer algo por lo que serás nefastamente recordado, trallar, dormir dos horas… resaca… y apuntarse a 4-5 grupos del Facebook de “Yo también he potado a la puertas de (insertar nombre del local)” y “Yo también he acabado la noche (insertar situación embarazosa en gerundio) con un pollo de goma (con polea)”. Eso en Navidad. Luego se vuelve a repetir en fin de año, y si sois valientes como yo, después de Reyes. En medio, comidas familiares… y cenas de ex alumnos que son graciosas hasta que todo el mundo te ha contado su vida y que pierden su sentido cuando la gente cuenta anécdotas embarazosas en las que apareces tú, un pollo de goma (con polea) y que probablemente se remonte a un fin de año pretérito. Normalmente esas reuniones acabas intercambiando algún que otro teléfono con alguien que mínimamente te cae bien y con dos reflexiones en mente:
1: Los que van de guays son unos fracasados por sus exageradas expectativas de la vida.
2: (y más importante) Si no nos hemos visto más a menudo será por algo.

Finalmente haréis promesas que los más cínicos dirán que no vais a cumplir, pero todo depende de los objetivos que os marquéis. Por ejemplo yo me he propuesto seguir escribiendo en el blog. En resumen, es el espíritu navideño… Ups!!! Me olvidaba, también hay regalos de por medio.

Y ahora entro de pleno en el tema. Uno no puede evitar estos días ver los medios de comunicación y darse cuenta de que se pone en duda el “espíritu navideño”. Sus argumentos se reducen a que se han perdido los valores, mientras que los hippy-pijos perro-flauta* anti sistema añadirán que es una fiesta de consumo, que si la Coca-Cola mató a Santa Claus, que las grandes corporaciones te la quieren meter doblada, bla bla bla…

Algo hay de cierto en todo eso, pero el sentimiento sigue ahí, y no creo que el mundo sea peor por el simple hecho de que los niños no vayan de puerta en puerta cantando villancicos para recaudar dinero para el Casiotone, que evidentemente Papa Noel no les va a traer por su suspenso en mates. Muchos no creemos el origen de todo esto, pero lo celebramos igual, e incluso los que creen ya no están para paridas litúrgicas. Simplemente hemos evolucionado, somos más prácticos. Algún día los ateos controlaremos el mundo, pero lo que sea que substituya a la Navidad será en esencia lo mismo llámese festividad del Darwinismo, San Nietzsche o Borabó. A lo largo de los tiempos todo evoluciona y las raíces de absolutamente todo varían. El fútbol ya no se práctica llevando una pelota hasta el pueblo de al lado, las uniones entre homosexuales son matrimonio aunque le salgan sarpullidos a Rouco,… es más, la mayoría de matrimonios católicos se celebran porque “son bonitos”, total, a la Iglesia le sale rentable, y si a la Iglesia le parece bien, no creo que tengan nada que objetar a esto, y como la Navidad es originalmente cristiana, pues alegría.

Entiendo que haya resentimiento cuando te regalan una corbata en vez del barco pirata de Playmobil, es más, me solidarizo, este año tampoco he recibido mi tan ansiado Elmo Cosquillas), y es razonable que las reuniones familiares puedan ser una paliza (no todas las familias son tan guay como la mía), pero no por ello hay que negar la felicidad de los demás ni tildarla de fraude. A veces la magia de la Navidad se la tiene que currar uno mismo. Recordad que si no os ha ido bien, siempre os podeis comprar algo bonito en las rebajas.

Dicho esto, espero que hayáis tenido una feliz Vanidad y os deseo un próspero Ajo Huevo 2010.

Con cariño:
David

*No tengo nada en contra de los hippies perroflauta anti sistema siempre y cuando sean mínimamente consecuentes. Por eso remarco lo de “pijos” que son básicamente han leído dos líneas en un libro y se creen mártires de la causa mientras guardan el BMW en el garaje de la mansión de papá.